Algo tan fundamental como la elección de unas manillas para puertas es conservarlas en una condición impecable. Como todo en la vida, el uso constante de las manillas de la puerta ocasiona deterioro con el paso del tiempo. Por esa razón, utilizaremos varios trucos para darle una vida más duradera y renovada. En varias ocasiones, elegimos el producto incorrecto para lavar las manillas. El efecto que esto puede ocasionar es la eliminación del brillo. Para sortear estas situaciones, os mostramos algunos consejos para conservación de las manillas de tu hogar.  

Consejos para la limpieza de manillas para puertas.

Productos específicos

Lo principal que necesitas saber es que hay que utilizar productos concretos para la limpieza de las manillas. Cada tipo de manilla está hecha de un material diferente, por esa razón hay que conocerlo y buscar el articulo adecuado.

¿Qué artículos no son recomendables para la limpieza de manivelas?

Es algo importante explicar los productos que no tenemos que usar para conservar el brillo de las manillas. Lo que tenemos que acordarnos es que, siempre hay que utilizar productos específicos para las manillas. No se tiene que emplear limpia metales comunes ya que esta elección es ineficiente y no obtendremos el resultado que deseamos.  

Productos de mantenimiento

Es conveniente tener en cuenta productos para el mantenimiento de las manillas. De esta manera, prevenimos que el brillo se desvanezca. El amoniaco es uno de los grandes aliados. Es fundamental juntarlo con agua a partes iguales para evitar estropear el material y cualquier contaminación por contacto. Una vez realizado, sumerge la manilla que desea limpiar. Ahora solo necesitas esperar para conseguir grandes resultados. Si no encuentras buenos resultados, quizás es problema de la cantidad de agua depositada y deberías aumentar la cantidad de amoniaco. Para finalizar, los tendrás que secar y barnizarlos con una sustancia especialmente diseñada para cada tipo de material. Sin embargo, otra solución interesante, efectiva y sencilla seria la utilización de detergente, agua y una toalla o un trapo. La ejecución es igual que el amoniaco. Tenemos que diluir el detergente con el agua e introducir la pieza. Luego la sacaremos y utilizaremos un cepillo especial para sacarle brillo.

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